Un final digno de la peor película

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The end. Se acabó. Es la mejor noticia para una temporada semejante, que no creo que nadie pudiéramos imaginar allá por el mes de agosto. No tardé en darme cuenta de lo difícil que sería, pero no pensaba que llegase a tales extremos. Y acabó de una manera difícil de entender para quien no haya vivido el día a día del club. Quien haya visto de cerca todo lo que ha ido pasando debe comprender y respetar la indignación de nuestros fans. Sobran las palabras.

Es domingo por la tarde, el Chelsea acaba de ganar la Premier y estoy de camino a casa, con mi padre en el coche y tratando de que asimile lo que sucedió ayer en Bloomfield Road. Al comenzar la segunda parte de nuestro partido contra el Huddersfield hubo invasión de campo. Yo lo veía con ojos alucinados desde arriba en la tribuna porque no fui convocado, aunque eso es otra historia. Vi correr por el campo, por lo que debería ser el césped, a gente mayor, niños… Presenciaba la escena con pasmo y tristeza porque no es para nada la mejor manera de acabar una temporada y porque pienso que no es un buen recuerdo para los más pequeños, que se quedarán habiendo tomado al asalto el campo después de la peor de las temporadas en vez de haber disfrutado.

En todo me siento responsable porque he formado parte de este hundimiento. Y me duele en el alma porque, ya dije hace tiempo, además de profesional tengo la suerte de ser un enamorado de este deporte y recuerdo mi infancia, en el campo del Espanyol, del Barça, del Europa… El fútbol ha formado parte de mi vida y puedo entenderlo desde los dos lados.

Es de agradecer que la manifestación fuera pacífica y nadie se hiciera daño, pero es el momento en que algunos, muchos, deberán reflexionar. Yo tengo mi opinión y entenderéis que no la diga abiertamente. Fue un sábado muy triste para la historia del Blackpool y ojalá lo ocurrido marque un antes y un después y el año que viene sea muy diferente. Lo deseo de corazón por el club. Y lo deseo con toda el alma por los aficionados.

Estoy escribiendo apenas hemos pasado Londres, camino al sur, al Eurotunel. Con mi padre un rato al volante (cruzo los dedos) y mirando las notas que tomé ayer por la noche para dar forma a todo esto. Hacía tiempo que no necesitaba tanto irme de vacaciones. Desconectar absolutamente y recuperar mi cabeza. Ha sido la temporada en la que menos he dormido, más he sufrido y, desde luego, menos he disfrutado. Cuando ayer sábado me fui de Bloomfield, intentando pasar lo más desapercibido posible, no podía por menos que fijarme en los aficionados, tal como hice desde la tribuna. Y me dolía, me fastidiaba un montón ver a mis compañeros en el campo intentando con desespero darles una última alegría… Y caía en la cuenta de que ha sido todo tan nefasto, tan terrible, que no hay consuelo para ellos.

Por eso, de corazón, tengo que agradecer el respeto y cariño que he notado a pesar de todo porque cuando ganas es fácil, y hasta un punto incómodo a veces, recibir parabienes y apoyo, pero en años como éste os puedo asegurar ahora que lo he sufrido que se agradece más que nunca.

Ha sido un fin de semana completo, con nuestra ‘fiesta’, el combate que ganó Maywether a Pacquiao (obviamente mi favorito era el perdedor), los ocho goles del Barça en Córdoba (vi por la noche un resumen y ¡menudo festival!), el título del Chelsea, el campeonato (¡felicidades!) del Bornemouth o el Gran Premio de motociclismo que (maldita sea) no he podido ver. Pero al final todo eso queda en nada cuando te golpea una noticia como la que conocí por la noche de Rio Ferdinand. Su mujer tenía 34 años, tres hijos, toda una vida por delante… Y se la llevó el cáncer. Creo que no hay nada peor para una familia que sufrir una tragedia así.

Hace dos semanas murió por lo mismo un amigo de un buen amigo mío de Barcelona. Y él pasó por lo mismo con su primera mujer, que murió de cáncer con 35 años. No puedo hacerme a una idea del dolor que eso significa y tal como le envio un abrazo sentido a Elena allá en Barcelona, le doy mi más sentido pésame a Rio y a toda su familia. Confío, sé, que su fortaleza les ayudará a salir adelante.

Uno no sabe cómo seguir después de hablar de algo así. Hay que disfrutar de cada segundo porque no sabes lo que la vida te reserva.

Antes os hablé del Chelsea, pero a mi en la Premier lo que me dio una alegría este fin de semana fueron los goles de Jordi Gómez y Leo Ulloa. Jordi metió los dos goles con los que el Sunderland respiró y Leo otros dos en la goleada del Leicester. Alucinante. Llevan cinco victorias en seis partidos y han pasado de condenados a soñar con la salvación. Ojalá lo consiguieran los dos equipos, aunque parece difícil. Claro que miras al Newcastle y empiezas a pensar que no entiendes nada de fútbol. Lleva nueve derrotas en diez jornadas, las ocho últimas seguidas, y tiene muy mala pinta. Parece mentira que un club como el Newcastle esté en el alambre de esta manera en estos últimos años.

La enhorabuena es para el Bournemouth, como dije, que no solo ha ascendido por primera vez a la Premier, sino que lo ha hecho ¡como campeón! Lo merece porque ha jugado estupendamente y es un ejemplo de la grandeza que mantiene este deporte. Me lo han comparado con el Eibar (que tiene un mérito enorme), pero es que los ‘Cherries’ hace cinco años estaban ¡¡¡en cuarta división!!!

Me ha dejado helado, en cambio, ver al Derby fuera del play-off. A principio de temporada hubiera apostado todo mi dinero por ellos y creo que eran los máximos favoritos. Han sumado solo dos de los últimos nueve puntos y se han caído solos de la pelea. Perder la plaza en el último partido, en casa y frente a un rival que no se juega nada es ciertamente muy duro. Doy por hecho que el año que viene volverán a intentar el asalto a la Premier, recordando que el año pasado me eliminaron en semifinales con el Brighton y perdieron la final con un gol en el último minuto de Bobby Zamora. Menudo delantero…

El viernes empezará el play-off para ascender. Lo seguiré con añoranza desde Barcelona y pensando que la próxima temporada la Championship volverá a ser una Liga apasionante. Ojalá el Blackpool solo esté ausente un año.

Sigo de camino. Os envío un fuerte abrazo y os agradezco de corazón a aquellos que os haya interesado lo que he escrito durante estos meses. Ha sido difícil a veces escribir cuando íbamos acumulando derrotas, pero he intentado mantener esa fidelidad que me prometí a mi mismo que tendría en hacerlo cada semana.

Volveré por aquí, aunque no, este verano, de forma semanal, cuando tome un poco de aire, me descomprima y me refresque. Ahora toca empezar a pensar en conducir por la derecha. Y aunque suene a broma, con un coche británico no será fácil.

¡Un abrazo a todos!

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