James Rodríguez, el tercer fichaje más costoso de la historia del Real Madrid, se ha convertido en el mejor negocio de la historia del deporte. Lo ha hecho antes de comenzar la temporada. Y es que de acuerdo a un informe publicado por una consultoría latinoamericana en las primeras 48 horas posteriores a su fichaje la demanda por conseguir una camiseta personalizada ascendió a las… 345.000 unidades. Lo remitió la empresa Euromericas Sport Marketing así, tal cual, a los medios y ahí quedó eso.
Lo curioso del caso es que la empresa liderada por Gerardo Molina , un lince en toda regla, ha conseguido que diarios de toda índole, y programas de radio y televisión se hagan eco de la noticia sin más. Lejos de hacer una simple ecuación y de preguntarse, remotamente, si ello es posible, se ha dado por hecho que sí, que en dos días la camiseta madridista de James haya producido cerca de 30 millones de euros y que de ellos el Real Madrid ya tenga unos ingresos próximos a los 12 millones. A este paso, en dos meses el fichaje del ’10’ colombiano le habría no salido gratis a Florentino Pérez, sino, más aún, le daría unos beneficios brutales.
Según informes oficiales del FC Barcelona, que curiosamente figura entre los clientes de Euroamericas según se recoge en su página web, la venta de productos relacionados con el club azulgrana generó en 2013 una cifra aproximada de 60 millones de euros, casi la mitad de ellos en la tienda del Camp Nou. En todo el año. Contando que cada camiseta de James pudiera venderse por unos 85 euros, la cifra generada en dos días superaría los 29 millones de euros, casi la mitad de lo que en un año ingresa el Barça. El Milan, durante el año siguiente a su victoria en la Champions de 2007, vendió camisetas por un valor estimado de 2,8 millones de euros y el PSG batió su record con el fichaje de Ibrahimovic, que en diez meses generó 1,2 millones de euros por la venta de su elástica.
Nada comparado con la fiebre que parece ha provocado James, un colombiano que se catapultó en el Oporto y que en el Mónaco fue un secundario de lujo de Falcao hasta que el Tigre se lesionó. De hecho, en el Principado no existen datos, al menos visibles, en lo que a este apartado se refiere. Pero, desde luego, se hace impensable sospechar que ni tan solo pudiera rivalizar con la exposición mediática del exgoleador del Atlético de Madrid.
El informe de Euromericas Sport Marketing no especifica ninguna clase de estudio pormenorizado. No existe una base de datos en que se explique donde se vendieron tal cantidad de camisetas de James, aunque al día siguiente de su presentación en el Bernabéu se apuntó que la tienda oficial del Real Madrid se había visto desbordada por una demanda que provocó que se agotasen las existencias: más de 2.000 camisetas. Según publicó el diario Marca, en apenas una hora se vendieron 900, un record que superó incluso lo que se consiguió con Cristiano Ronaldo.
Claro que de esas 2.000 unidades a las 345.000 citadas existe una diferencia tan sideral como de difícil (¿o imposible?) explicación. Cristiano Ronaldo, Leo Messi, Zlatan Ibrahimovic, Neymar, Zidane, Beckham, Ronaldo, Kaká, Suárez… Michael Jordan, Joe Montana… Nadie se acerca al milmillonario negocio de James Rodríguez. O eso parece. En Adidas deben estar enloqueciendo a la hora de contratar empresas de servicios que fabriquen a toda prisa las camisetas del colombiano mientras apartan del primer plano todo lo demás. Seguro.
El fondo del asunto se adivina distinto. Lo más triste del caso, lo que se podría considerar más humillante para los medios de comunicación, es que una empresa ávida de protagonismo consiga visibilidad a través de las redes con una información tan imposible de argumentar como de creer.
A estas horas la venta, o demanda, de camisetas de James Rodríguez debe andar por las 700.000 unidades. Nosotros seguimos buscando en la calle.