El destino suele ser caprichoso y en ocasiones puede ser tan divertido como morboso. Leo Messi podría batir el récord goleador en la historia de la Primera División la próxima semana ante el Eibar… Pero de no suceder así (debería marcar tres goles), su siguiente cita sería el 25 de octubre en el Santiago Bernabéu. Si para el Barça o el Real Madrid ganar ese partido ya es una circunstancia especial e innegociable, para el barcelonismo se une esta vez un añadido mayúsculo y al que el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, agregó este martes un picante excepcional.
La LFP se está planteando, reconoció Tebas, homenajear a Messi el día que supere los 251 goles en Liga de Telmo Zarra. «¿Por qué no se puede homenajear a Messi en el Bernabéu?», se preguntó el dirigente cuando se le recordó que esa marca podría caer durante el Clásico. Y el morbo se catapultó hasta quedar colocado ya en el escenario.
En otros deportes, donde las estadísticas y los récords son motivo de homenajes inmediatos, la situación no dejaría de ser un hecho normal. Trasladado al fútbol, por su inexistencia hasta hoy pero más aún por la trascendencia del escenario, el partido y la rivalidad, imaginar a Messi marcando un gol y el árbitro deteniendo unos instantes el partido para que se le homenajease en el mismo Bernabéu suena a ciencia ficción.
Una película de terror desde el prisma merengue que incluso, seguro, se llevaría hasta el terreno de la provocación de la misma manera que para el barcelonismo se contempla como una fantasía. Más aún, como la mayor de las fantasías morbosas que pudiera imaginarse.
