Con un festival de Leo Messi, autor de dos goles, el Barça se ha deshecho del Valladolid por 5 goles a 1. Lenglet, Suárez y Arturo Vidal completaron la goleada azulgrana frente al equipo de Sergio González.
Tras el coitus interruptus que supuso el aplazamiento del Clásico, regresó el Barça al Camp Nou en una noche sin más alicientes que el retorno de Ansu Fati al once titular tras varios partidos sin minutos.
Si el Barça-Madrid de un sábado a la hora del vermut y en una semana marcada por la sentencia del juicio del Procés prometía intensas emociones, la visita del Valladolid entre semana era presagio de todo lo contrario. Gradas semivacías, pereza entre el aficionado… y un gol tempranero de Lenglet en el minuto 2 tuvo un efecto adormidera con el equipo.
Entre el tanto del francés y el gol del empate –casi sin querer– de Kiko Olivas apenas transcurrieron 13 minutos, un tiempo que se hizo eterno por la incomprensible desconexión del Barça, que levantó el pie del acelerador y permitió al defensa andaluz del Valladolid aprovechar un mal despeje de Ter Stegen para marcar con la rodilla.
Ocurre, sin embargo, que desde hace muchas temporadas en el césped del Camp Nou se juega a lo que quiere un tal Leo Messi. Al filo de la media hora, el dueño de la mejor zurda del planeta vio un desmarque en profundidad de Arturo Vidal y puso el balón con una precisión de cirujano en la bota del chileno, que deshizo la igualada. Gol y susto disipado.
Si algo nos ha enseñado el fútbol de los últimos quince años es que si al tipo que lleva la camiseta número 10 del Barça le apetece jugar al fútbol, y eso ocurre casi siempre, el argentino tiene un repertorio inacabable. Seis minutos después de asistir a Vidal, Messi clavó en la escuadra izquierda de Masip una falta cometida sobre un Semedo tan incisivo en ataque como torpe a la hora de sacar el balón jugado. El guardameta criado en La Masia es seguramente uno de los que mejor conoce cómo se las gasta Messi en los libres directos, pero ni su envergadura ni su estirada pudieron evitar un nuevo gol del francotirador de Rosario.
La segunda parte sirvió para ver que no era la mejor noche de Ansu Fati (sustituido por Griezmann al cuarto de hora), que Vidal resulta intrascendente en el centro del campo a pesar de su gran gol, y sirvió también para volver a ver en juego a Ivan Rakitic, muy poco utilizado por Ernesto Valverde en lo que va de temporada y cuyo nombre ha vuelto a sonar como posible venta en el mercado invernal. Al croata se le vio frío, desubicado y carente de su tradicional fiabilidad, una de sus principales virtudes, hasta que en el minuto 75 se sacó de la chistera un enorme pase para Messi que el 10 convirtió en el 4 a 1.
El argentino, que con sus dos tantos igualó los 423 goles de Cristiano en Liga con 94 partidos menos, notaba que tampoco era el mejor día de Luis Suárez, a quien el árbitro había anulado un gol por un fuera de juego milimétrico. Así que, dicho y hecho, Messi agarró un balón en el centro del campo y filtró un pase para que el delantero uruguayo rematara como mejor saber hacer, de primeras y sin pensar. 5 a 1 y a otra cosa, mariposa.
Una noche más en el jardín de Leo Messi.