Los servicios prestados

El gol de Stamford Bridge. Las croquetas imposibles. Los regates impensables. Las asistencias mágicas. La visión privilegiada. Andrés Iniesta. Le contemplan 479 partidos oficiales desde que debutara en Brujas, el 29 de octubre de 2002. Futbolista superlativo que ha ofrecido un rendimiento sobrenatural durante once años al Barça y cuya laureada carrera será recompensada por el club con una extensión de contrato por cinco años más. Iniesta, que el próximo mes de mayo cumplirá los 30, tendrá asegurado su futuro en el Barça hasta los 35.

En el verano de 1994, en pleno stage de pretemporada, Jon Andoni Goikoetxea fichó abruptamente por el Athletic Club. Fue una salida inesperada y de la que Johan Cruyff, en primera persona, se hizo responsable. El futbolista navarro, que aún no había cumplido los 29, entraba en su última campaña de contrato y negoció directamente con Josep Lluís Núñez la extensión del mismo. Alcanzaron un principio de acuerdo por tres temporadas mientras el equipo viajaba a Holanda y allí, furioso, el entrenador frenó la firma. «Una renovación se firma por el rendimiento que puedas ofrecer en el futuro, no por el que hayas dado en el pasado» fue el argumento, firme, de Cruyff. El holandés, sospechando que Goiko ya había dado lo mejor de si mismo, no estaba dispuesto a ‘obsequiarle‘ con tres años de contrato. Y el jugador se marchó. Se retiraría en 1998 tras jugar un año en el Yokohama Marinos de Japón después de tres cursos irregulares en el Athletic. Pero eso es otra historia.

El ejemplo, salvando las distancias, enormes, puede servir para poner en duda la conveniencia de prorrogar el contrato de Iniesta por un periodo de tiempo tan amplio. «Los contratos cortos mantienen enchufados a los jugadores», defendía Cruyff en una explicación que, quizá, hoy se contempla pasada de moda viendo el rosario de renovaciones existentes en la plantilla azulgrana. Pero deja al descubierto que el Barça, deportivamente, ha atado su futuro a su pasado más brillante.

En los últimos tiempos Xavi, 33 años, ha firmado una extensión hasta junio de 2016, cuando tendrá ya 36. Puyol, de cuyo futuro inmediato existen muchas dudas, tiene contrato hasta los 38 e Iniesta seguirá hasta los 35, con una cláusula de prórroga por dos cursos más, o sea hasta también los 38 en el año 2020. El único que no estará en los cromos será Víctor Valdés, acaso el más indiscutible de todos, que con 31 dejará el club por decisión propia y disgusto generalizado.

El próximo en pasar por ventanilla, ya se conoce, es Gerard Piqué, que acabando contrato en 2015 se apresta a negociar una prórroga que se contempla por otras cinco temporadas, hasta 2020, cuando habrá cumplido los 33, los que tendrá, por otra parte, Adriano cuando finalice el suyo en 2017.

Casi todos ellos, como Mascherano, Alves, Busquets o Pedro, serán futbolistas con un apartado muy especial en la historia del Barça. Como Messi, caso particular, y, se espera, Neymar. Pero en el presente o futuro a medio plazo muchos de ellos amenazan con convertir el vestuario en un cortijo particular.

¿Quién sabe el rendimiento de Iniesta en 2017? ¿Alguien se atreve a poner la mano en el fuego por Xavi en diciembre de 2015? ¿Cuál será el rendimiento de Piqué en 2018? Mientras su presencia en el club se ha hecho indiscutible, Thiago ha tomado el camino de salida, Rafinha, a pesar de todo lo escrito, duda si volver, Deulofeu estudia ampliar su cesión al Everton, Isco fue rechazado, a Özil lo frenó Guardiola y Bartra… Bueno, su caso ahí está. Y, más aún, los casos que puedan producirse en el futuro porque se contempla tan difícil que Sergi Roberto pueda hacer competencia a las vacas sagradas como que deportivamente un Draxler cualquiera se aventure a ingresar en un vestuario con los roles tan definidos.

Habrá quien considerará desagradecido poner en duda la generosidad del club con los protagonistas que le llevaron a lo más alto del fútbol mundial. Habrá quien piense que tienen, todavía, mucho que ofrecer en el futuro inmediato. Y también habrá que piense que si, como todos sin excepción consideran, el club está por encima de las personas, va siendo hora de dejar paso y de agradecer los servicios prestados. De hecho, dirán que siendo héroes como son para el universo azulgrana, han sido correspondidos de una manera bárbara.

Hay varias maneras de ver las cosas. Pero hay una manera de la que ya no se ven. Las renovaciones ya no se acuerdan en base a lo que un deportista pueda ofrecer el último día de ese nuevo contrato que vaya a firmar, sino en base a lo que ha ofrecido en el pasado. Que sea adecuado o no es la cuestión.

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