Cinco jornadas de competición distribuidas en tres semanas nos han dejado algunas cosas poco habituales en nuestra Liga: campos vacíos, equipos que no empiezan el campeonato al mismo tiempo que el resto, bajas por lesión (o por la COVID), mascarillas por todas partes, mociones de censura… y la maldición del lider.
Tras disputarse la primera jornada, aún sin los equipos implicados en la Champions ni el Sevilla, el mermado Valencia de Javi Gracia se impuso (4-2) en el derbi de la ciudad al Levante de Paco López, convirtiéndose en el primer líder del campeonato 2020-21.
En la jornada 2, el líder pierde (2-1) en Vigo ante los de Óscar García. El Granada de Diego Martínez, merced a dos victorias caseras ante equipos vascos, Athletic y Alavés, alcanza la primera posición en la tabla. Mientras tanto, va allanando su propio camino hacia la fase de grupos de la Europa League. Miel sobre hojuelas…
… Pero en la jornada 3 el líder pierde en el Wanda Metropolitano, encajando media docena de goles que bajaron de la nube a los andaluces. El equipo de la tierra soñada por Manolo Escobar se convirtió, además, en el receptor de un doblete en el estreno de Luis Suárez con los del Cholo Simeone. Y para que la jornada fuera todavía más extraña, algo que no había sucedido en décadas: se puso en primera posición un equipo que había perdido su correspondiente partido, el Betis de Pellegrini. Los sevillanos no sabían si reír por el liderato o llorar por el polémico arbitraje de Pérez Bengoechea ante, ojo a la sorpresa, el Real Madrid.
Ya en la jornada 4, sin tiempo para digerir el expediente abierto por el Comité de Competición a Manuel Pellegrini, el líder viaja a Getafe… y pierde (3-0). Es precisamente el Getafe de Bordalás quien adquiere la vitola de líder provisional… y la particular maldición del liderato.
No hizo falta esperar al final de la jornada 5 para ver cómo este extraño sortilegio volvió a hacer de las suyas: el líder perdió el sábado en Anoeta (3-0). Y merced a su victoria en Levante, el Real Madrid de Zidane se ha acostado líder, quizá sin saber que los hados pueden jugarle una mala pasada en su siguiente encuentro, frente al recién ascendido Cádiz, donde hace años militara otro «brujo», Mágico González. Una cosa al menos está clara: los merengues tendrán que estar muy atentos a este extraño maleficio que están sufriendo los líderes, armarse de buen fútbol, de un poco de fortuna… y quién sabe si de una pata de conejo o una bala de plata.