Firmas: un último sprint para marcar paquete

Mañana concluye el plazo para que las siete precandidaturas recojan y presenten las firmas que les permitan concurrir a las elecciones a la presidencia del FC Barcelona del 18 de julio. Aunque nadie quiere dar pistas sobre cifras concretas, ya se ha filtrado que los dos favoritos (Josep Maria Bartomeu y Joan Laporta) han superado con creces las 2.534 firmas necesarias, mientras que el a priori tercero en discordia, Agustí Benedito, afronta el sprint final con optimismo.

Del resto de aspirantes poco se sabe. Descartando a Seguiment FCB –que ya ha explicado que no optan a la presidencia, sino a que sus ideas sean asumidas por algún candidato–, Jordi Majó, Toni Freixa y Jordi Farré siguen haciendo esfuerzos para alcanzar la mágica cifra que les permita seguir soñando con unas elecciones en las que todo parece indicar que tendrían pocas opciones.

La campaña de recogida de firmas ha sido desigual. No por la manera de organizarse de cada precandidato, sino sobre todo porque Bartomeu y Laporta se saben capaces de movilizar a una gran cantidad de socios y han pretendido aprovecharlo. El primero, prácticamente desahuciado en enero, ha contado con el impulso del triplete, con una inversión descomunal en la campaña y con el apoyo más que evidente de un grupo de comunicación que se ha dedicado en la misma medida a acallar sus errores, a destacar los del rival y, en definitiva, a convertirse en el brazo armado del aparato del club y su famosa junta gestora en la prensa. Bartomeu arrancó su precampaña particular en el mismo momento en que anunció que habría elecciones y ha ido sembrando los últimos meses con una implacable retahíla de medidas a medio camino entre el populismo y la propaganda.

Laporta, cuyo carisma es tan incuestionable como improvisada parece su candidatura, arrastra un enorme número de fieles y cuenta también con las firmas necesarias para poder presentarse a las elecciones. Capaz de revertir la situación incluso en los ambientes más hostiles, el expresidente lucha con el viento en contra, dice lo que piensa más veces de las que piensa lo que dice y también se siente fuerte. Tras el vídeo en el que anunció su intención de volver a ser presidente, Laporta ha ido rodeándose de nombres con fuerte calado entre el barcelonismo pero, más allá de algunas voces no demasiado numerosas, carece del apoyo de los grupos mediáticos. Aun así, un cara a cara entre ambos podría hacerle mantener algunas opciones.

Ocurre, sin embargo, que es más que probable que las elecciones tengan, al menos, un tercer invitado. Agustí Benedito lleva cinco años trabajando para presentarse el 18 de julio con sus ilusiones intactas de acceder a la presidencia. Benedito tiene claro su programa pero, pese a su evidente capacidad oratoria y a la espera del debate televisivo (porque seguramente no haya más que uno), la bipolarización entre Laporta y Bartomeu puede hacerle daño.

La posibilidad de que Jordi Majó y Toni Freixa superen el corte de las firmas es, a día de hoy, una verdadera incógnita. Majó, que cuenta con recursos económicos para sostener una y mil campañas, destila un aire a tiempos tan lejanos y no parece haber logrado calar entre una masa social más dada a las caras conocidas, buenas o malas, que a las por conocer. En cuanto a Freixa, durante años se ha granjeado la antipatía de una parte del barcelonismo por su papel como portavoz en la junta de Sandro Rosell, una actuación de la que intenta desvincularse con un enorme tesón.

Jordi Farré es, seguramente, el único precandidato que ha aportado aire nuevo. Calificado como friki por muchos cuando se dio a conocer, Farré no ha dejado de lanzar nuevas ideas sobre el club e incluso ha puesto sobre la mesa un contrato de patrocinio para la camiseta de entrenamiento, las secciones y las gradas del Camp Nou que aportaría 40 millones de euros al Barça. Es posible que Farré no pase el corte, pero sus ideas no deberían caer en saco roto ni ser olvidadas en el cajón por un club en el que no sobran.

Mañana por la tarde saldremos de dudas y conoceremos cuántas firmas presenta cada precandidato, aunque la cifra final de apoyos admitidos no se sabrá hasta un par de días después. Mientras tanto, los precandidatos luchan en el último sprint por lograr el mayor número de avales. Unos, por marcar paquete; otros, por no hacer el ridículo y alguno por demostrar, seguramente con ingenuidad, que el Barça todavía pertenece a sus socios.

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