El paseo de la marmota

Dos minutos y a casa. Al empate del Atlético en Villarreal respondió el Barça ganando en Sevilla al colista. Goleando al final. El Betis le plantó cara durante media hora, se sobresaltó con el abandono de Messi a los veinte minutos, se estrelló ante un excepcional Víctor Valdés y se entregó a la lógica en cuanto Song encontró un pasillo por el que apareció Cesc para regalar el gol a Neymar. Goles a las críticas, el Barça engordó su estadística con otra victoria. Sin más.

Sin tiempo a que el Betis despertase, una contra supersónica acabó con el 0-2 de Pedro para cerrar el partido. Porque se antojaba imposible que el colista fuera capaz de discutir nada. El líder se miró entonces al espejo y ni se inmutó cuando éste le dijo que vale, que sí pero que no, que no es eso lo que nos habían vendido. A la que cualquier verdiblanco merodeaba el área, pelotazo y a correr; a la que Neymar corría, balón largo a su carrera. Sin centro del campo, sin más. Y Con Cesc, justo es decirlo, acompañando a Song en la brillantez. Ellos solos con el castigado brasileño.

La victoria acabó siendo cómoda, tranquila y apabullante por mucho que futbolísticamente el campeón mostrase lagunas durante no pocos momentos. A los dos minutos de partido el balón había salido despedido con un balonazo del terreno azulgrana en tres ocasiones y en la primera media hora la situación se repitió no menos de media docena. ¿Martino es el artífice de ello? Se aventura dudoso. Empieza a serlo.

Aquí estoy yo. Aquí mando yo y usted limítese a mirar. Este fue durante mucho tiempo el discurso futbolístico del Barça. Lo era con Guardiola, sí, pero también lo fue con Vilanova, quien dirigió a este equipo a una primera vuelta de record el pasado curso. Pero lo hizo no solo en base a unos resultados enormes, excepcionales, sino a través de un fútbol demoledor que llegó a recordar los mejores días del último lustro. De aquello queda poco. O casi nada. Y si resulta fácil disparar a un banquillo no ocupado por un holandés o un catalán, quizá fuera adecuado empezar a señalar al campo, donde son los futbolistas los que deciden el qué y el cómo.

Gerardo Martino llegó en verano dando por hecho que su intención era la de recuperar la excelencia del pasado y alcanza la primera quincena de noviembre con el equipo líder rotundo pero alejado, mucho, de lo que él mismo suponía. El entrenador, en un ataque de sinceridad, llegó a proclamar que su incidencia en el equipo era mínima y quizá sea eso lo que descubre la realidad de este Barça que ha mutado de mala manera. Cuando destaca Valdés, cuando sobresale Bartra, cuando brilla Song… Las sensaciones no deberían darse por buenas.

Sin centro del campo, con Xavi desaparecido, Messi lesionado, Iniesta con el freno puesto y apenas Cesc dando el callo entre líneas el Barça mantiene la camiseta del pasado, pero se antoja un equipo absolutamente diferente del que quisieron vendernos. El segundo gol, excepcional, denota ese cambio. La contra, la rapidez de ejecución y la ausencia de combinación ha ganado la partida.

«Cuando a los futbolistas les das el resquicio de pensar te ganan, deciden por ellos mismos» apuntó hace pocos días un entrenador muy cercano al Barça. Así se explicarían, podría hacerse, esas diferencias con el pasado. Martino está, de momento, entregado a su plantilla y es lógico que así sea. Recién llegado desde Argentina para dirigir a un grupo campeón sería muy aventurado mostrar músculo. Pero si pretende ganar desde la palabra, el discurso de los futbolistas le ha derrotado por completo.

Así deambula el campeón. Aplastante en los números, el discurso oficial no permite ni un resquicio a la duda. Y mientras el Sergi Roberto de turno se lo mira impotente desde la barrera, Deulofeus o Thiagos toman la puerta de salida contemplando que los intocables lo son cada día más. Se adivina utópico apartar a Xavi, señalar a Iniesta o poner en duda a Puyol. Mientras se siga ganando, como en el Villamarín, el debate se antoja envenenado.

Campo: Benito Villamarín

Real Betis: Guille Sara, Steinhöfer, Caro, Jordi Figueras, Nacho, Xavi Torres, Nono (Matilla 75′), Vadillo, Verdú (Chuli 63′), Juan Carlos (Didac 67′) y Jorge Molina.

FC Barcelona: Valdés, Alves, Bartra, Puyol, Montoya, Song, Xavi, Cesc (Sergi Roberto 80′), Pedro, Messi (Iniesta 22′) y Neymar (Tello 73′).

Árbitro: José Luis González. Amonestó a Valdés, Juan Carlos, Nono y Xavi Torres.

Goles: 0-1, Neymar (36′). 0-2, Pedro (37′). 0-3, Cesc (63′). 0-4, Cesc (79′). 1-4, Jorge Molina de penalti (92′).

Foto: fcbarcelona.com

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