El Barça 2015, el año de la cabra

No es optimismo en el equipo lo que se destila desde Am14. Hemos querido inaugurar el nuevo año con un nuevo diseño y las predicciones para el curso que viene sobre el Barça de unos cuantos de nuestros editores.

Ateniéndonos a los pronósticos, la Liga se la llevaría el Real Madrid, la Copa sería para el Atlético de Madrid y la Champions para el Bayern. Salvo las honrosas excepciones de Óscar Cusidó, que espera que Luis Enrique dé con la tecla y el Barça se lleve Copa y Champions; y de Alfons Vinent, que apuesta por el Barça como campeón de Liga; el resto tiene demasiadas dudas en el proyecto de Lucho.

Chus Abascal habla de “un equipo para construir batallas, no para ganar guerras”, Edu García alerta sobre la poca fiabilidad de los azulgrana, Rafa Dalton considera que el Barça se mueve a base de arreones y le falta irregularidad, Cusidó insiste en que los azulgranas “tienen equipo” para optar a todos los títulos en juego y Vinent recuerda que el Barça aspira al título porque sin jugar bien está a tan sólo un punto «del fantástico Madrid de los récords«.

Paco Ávila augura otra temporada complicada en el que el balón dictará sentencia a Lucho y a Bartomeu; Juan Carlos Galindo resume que el Barça solo se puede agarrar a una esperanza con nombre y apellidos: Leo Messi; mientras que Carlos Martínez asegura que los azulgrana están dos escalones por debajo de los mejores.

En realidad, todos deseamos que se cumpla la predicción más optimista en este 2015, el año de la cabra según el horóscopo chino.Todo un síntoma.

Aquí están todas las opiniones. Feliz año.

Chus Abascal

En lo deportivo, parece ser que nadie hará sombra al equipo de balonmano, la sección de baloncesto se llevará a la boca al menos uno o dos títulos y la de fútbol sala seguirá bregando en lo alto a pesar de la baja de algunas leyendas. ¿El fútbol? ¡Pues qué me va a parecer! Que si el equipo tarda un poco más en encontrar qué recórcholis es lo que quiere Lucho de ellos, nos vamos a plantar en febrero con dos títulos y medio menos. Hemos configurado una escuadra apta para ganar batallas pero destinada a perder guerras, siempre dependiente del talento de Messi y de la inspiración de un Neymar que aún no alcanza. La factura, contrariamente a lo que venimos creyendo, no creo que nos la cobren desde el lateral derecho sino desde un centro del campo atónito que no sabe para qué está. Si rascamos un trofeo de aquí a junio el sorprendido seré yo.

En lo institucional corren excelentes tiempos para Bartomeu. El fallo del TAS que impide definitivamente al Barça hacer fichajes hasta verano de 2016 es la excusa perfecta para no convocar elecciones, a pesar de que sería el mejor momento y así evitar que los candidatos nos marearan con nombres y diretes. No obstante, nadie quiere lanzarse al ruedo y comerse el marrón de presidir, en su primer año, un club que no puede fichar, con la plantilla envejecida, un filial a la deriva y un Messi al que los mentideros cavernarios sitúan en la Premier la temporada que viene. Pocos movimientos, por tanto. Y Zubi de «vacas» hasta dentro de 12 meses. Luego hablan de los funcionarios…

Liga: Real Madrid. Copa: Atlético de Madrid. Champions League: Chelsea.

Edu García

El FC Barcelona está todavía en transición. Parece claro que Luis Enrique quiere que su equipo sea más largo, que contraataque más y que juegue más directo de lo que nos tenía acostumbrado el conjunto en los últimos ciclos triunfales. Más o menos lo que intentó hacer el Tata Martino, con la diferencia de que este equipo de Luis Enrique además también presiona, corre y trabaja a destajo.

Hasta la fecha el Barça del asturiano ha resultado poco fiable. Ganando partidos con equipos menores a base de pegada, pero destapándose mucho en defensa y jugando al intercambio de golpes con los grandes, con menos fiabilidad en el sistema defensivo si cabe.

El Barça 2015 dependerá y mucho de la actitud del Madrid. Si los blancos se relajan tras la Champions, la Supercopa de Europa y el Mundialito o bajan en cuanto a forma física, el Barça tendrá opciones en Liga. Si los de Anchelotti se mantienen enchufados, ni que sea por inercia y por un sistema aprendido y que les viene a las mil maravillas,  los azulgrana tendrán poco que hacer.

Liga: Real Madrid. Copa: Valencia. Champions League: Real Madrid.

Rafa R. Dalton

El Barça 2014/2015 no acaba de funcionar. Tras un inicio prometedor, más por actitud y resultados que por planteamiento, se chocó de bruces con la realidad al enfrentarse a equipos de entidad. Derrota clara en Madrid y París y dudas, muchas dudas sobre el sistema de juego. Uno piensa si precisamente la solución que se reclamaba es parte del nuevo problema. Esa garra exigida a los jugadores parece ir en detrimento de la idea, de la imaginación y de la disciplina táctica, que no técnica ni física. Por no hablar de la planificación. Del Barça de los centrocampistas al de los delanteros. Galacticidio.

Y así funciona el equipo, a base de arreones y calidad individual. De este modo se pueden ganar muchos partidos, pero no se obtiene la confianza y regularidad tan necesarias en este club para llegar al final de curso con garantías. El Barça no es el Madrid, que pese a jugar ligas mediocres gana Champions por carácter. El equipo culé necesita bordarlo; no en vano no ha ganado ni una orejona sin ser campeón de liga, y creo que va camino de dejar escapar ambos títulos.

A nivel institucional la cosa pinta peor. Con Bartomeu parapetado en el poder y una gestión deportiva nefasta, se va desmontando pieza a pieza la obra de arte que se construyó durante años. La resolución del TAS es la penúltima derrota en los tribunales y pese a ello y a la mala imagen que da el club, la cosa no explota. No se prevé una primavera blaugrana, una revolución soñada por muchos de los que amamos al Barça. Cuatro ninots de twitter al fin y al cabo. No habrá elecciones ni mociones de censura. Rosell lo dejó atado y bien atado.

Liga: Real Madrid. Copa: Barça. Champions League: Bayern de Múnich.

Oscar Cusidó

Luis Enrique tiene un gran problema por delante. La ratificación por parte del TAS de la sanción de dos ventanas de fichajes sin poder mejorar la plantilla le plantea un gran problema al técnico asturiano. Tiene cinco laterales y no le sirve ninguno. Lucho querría al Alves que llegó del Sevilla pero no lo tiene. Seguramente tampoco tenga al Alba del Valencia. Laterales de largo recorrido que no partan al equipo. Que ataquen y defiendan por igual. Pero no los tiene. Y así Rakitic e Iniesta van de culo. Y digo estos porque son el ejemplo del tipo de interiores que tiene el equipo. Interiores de perfil ofensivo y técnico. La plantilla no tiene un Davids que le haga encajar las piezas como en su día se las encajó a un Barça igual de partido como el actual.

El equipo se parte mucho más cuando entre la defensa y el ataque quedan 50 metros para Busquets. El peor Busquets que hayamos visto en el primer equipo. Mucho más parecido al mediocampista que trotaba en los campos de la tercera división. Por eso a Lucho le funciona mucho más cuando mete ahí a un todoterreno como Mascherano. No necesita un jugador que mime el balón. Necesita un jugador que le cubra el mayor espacio posible. A este Barça no le hace falta sobar la pelota, que llegue lo más rápido a los tres de arriba y que Messi reparta suerte. Por eso el equipo mejora cuando está el denostado Xavi sobre el césped. Porque Xavi es el único que sabe a lo que juega y no abandona su posición nunca. No sabe chutar a puerta para que se va a mover de su sitio.

Mejorar en el aspecto actitud era relativamente fácil. Veníamos de un año donde el equipo no quiso ganar una liga en el Camp Nou. Una liga que se escapó por un gol y 45 minutos de una falta de actitud lamentable. Con un estadio totalmente sumido en el pasotismo. ¿Dónde quedaron las tardes de pañuelos al palco? Será porque ahora se usan de papel y cuesta horrores ondearlos al viento. Pero no todo es mejorar en actitud. Luis Enrique tiene la obligación de hacer jugar al equipo como se merece. A lo que sea pero nunca a merced del rival. Olvidarse de cambiar de sistema según el equipo que tenga enfrente. Dejar de dudar de una vez.

Aún así, hay equipo para optar a los títulos. La liga seguramente sea el escollo más complicado porque es el premio precisamente a lo que adolece este Barça, la regularidad. En las otras dos competiciones del KO todo es posible. El equipo aunque sufre en defensa no encaja mucho y aunque le cuesta marcar no tiene muchos problemas para meter goles. Incluso a pelota parada. Si Lucho da con la tecla, ¿por qué no?

Liga: Real Madrid. Copa: Barça. Champions League: Barça.

Paco Ávila

No invita al optimismo el Barça de Luis Enrique, un equipo que mantiene sus constantes vitales por el tremendo potencial ofensivo que ofrece su tripleta de fuera-de-series, pero que no acaba de convencer. Recuerda este Barça a equipos de antaño, aquellos barças de Dr. Jeckyll y Mr. Hyde que tantas veces habíamos visto, que ofrecían buenas prestaciones en casa, pero se diluían fuera.

Para que el juego de los barcelonistas vuelva a fluir, Luis Enrique precisa que a la fiabilidad defensiva -es el equipo con menos goles encajados- y a la fortaleza en ataque se suma el carácter diferenciador del mejor Barça de siempre: los centrocampistas. Y no está siendo hasta ahora un año lucido para ellos. Xavi, el año que ya no tenía que estar en el Barça, es de lo más destacado; Iniesta y Busquets son una versión beta de lo que fueron y Rakitic, el sustituto de Cesc, se convirtió en un jugador dubitativo tras aquel partido en el Bernabeu en el que no jugó.

Será otra temporada complicada. A la crisis institucional -recordemos el club lo dirige un presidente no votado por los socios- se le añade la sanción del TAS que impedirá al Barça reforzarse hasta enero de 2016 por lo que, como ocurría históricamente, todo volverá a estar en manos del balón: si no entra, veremos el inicio de otro ciclo.

El último título data del verano de 2013, aquella Supercopa de España conquistada bajo la batuta del ‘Tata’ Martino. Desde entonces silencio en el Museo. La masa social anda desmotivada, el equipo perdido, el entrenador enojado con el mundo, la directiva desbordada y la oposición expectante, todo un síntoma de que las cosas no van bien.

Con este caldo de cultivo no soy nada optimista, más allá de conseguir un título menor.

Liga: Real Madrid. Copa: Atlético Madrid. Champions: Bayern de Múnich.

Juan Carlos Galindo

Resulta difícil contemplar este año 2015 con optimismo desde un punto de vista barcelonista. Con un equipo que juega cada vez peor (cuando sabe a qué juega) y una plantilla con graves carencias en algunas posiciones que vamos a tener que soportar una vez confirmada la imposibilidad de fichar hasta 2016, uno no puede ser más que pesimista.

Hace ya varias temporadas que el Barça ha ido perdiendo su esencia por el camino. Ahora corre más el jugador que la pelota, y el centro del campo, pilar verdadero del éxito de los últimos años, es un mero espectador en cada partido.

Aun así, siempre queda un resquicio para la esperanza. Un resquicio en forma del mejor jugador del mundo, un Messi que se ha dedicado las últimas temporadas a mantener a su equipo a flote. También hay que esperar la adaptación de Luis Suárez, que seguramente anotará muchos goles, y no conviene tampoco desdeñar el papel de Neymar. Pero confiarlo todo a lo que puedan hacer los tres delanteros titulares es temerario.

A nivel institucional el panorama es aún más desalentador, con un presidente agarrado una poltrona para la que no fue elegido y que va dando palos de ciego en comunicación, en el nombramiento de los ejecutivos o cambiando la estrategia de unos servicios jurídicos que no hacen más que cosechar derrota tras derrota.

Pero ocurre que esto del fútbol es cualquier cosa menos una ciencia exacta, así que no sería la primera vez que viéramos a un equipo jugar mal y cosechar algunos triunfos. Esa esperanza, unida al hecho de tener a Leo Messi en la plantilla, es el último clavo ardiendo al que uno puede agarrarse.

Liga: Real Madrid. Copa: Real Madrid. Champions: Bayern de Múnich.

Carlos Martínez

Más que optimismo o pesimismo, si hay que regirse por las sensaciones que ofrece el equipo y las de los rivales, el Barça está un par de escalones por debajo de los mejores. Hay calidad suficiente para ir trampeando jornadas en Liga, pero los tropezones son inevitables porque el conjunto dirigido por Luis Enrique aún no sabe dónde está el norte y ni siquiera sabe si tiene una brújula entre la tripulación. En Ligas que van más allá de los noventa puntos, este Barça no tiene fútbol para solventar los partidos en los que la pólvora se moje.

En la Champions League nunca se sabe, hay ejemplos de sorpresas a montones. Desafortunadamente, para esto es lo que está ahora el Barça, para dar una sorpresa en una competición en la que hasta el año pasado tenía plaza reservada en semifinales. Con una delantera formada por tres de los diez mejores jugadores del mundo en esa demarcación, sería de necios descartar al equipo culé y más cuando a cada ronda que pasa las eliminatorias se van afeando en fútbol y son acciones aisladas las que dirimen el resultado final. Sin embargo, mis expectativas no van más allá de la ronda que dispute el equipo.

Y respecto a no poder fichar hasta 2016, el problema no es tanto eso como los que nos han llevado hasta esta sanción. Firmaba mañana mismo no fichar hasta 2017 y que los artífices de la ruina en tantos sentidos de la entidad y sus secuaces no volvieran a tocar nunca nada que tuviera que ver con el Futbol Club Barcelona. Son muchos los años invertidos en los chavales que vienen desde abajo. Ahora es un buen momento para enseñar músculo aprovechando que aún hay grandes jugadores en plantilla para ir introduciendo a los jóvenes sin quemarlos. El problema está nuevamente en los de arriba. Cuando despiertas un día con la posible vuelta de Denis Suárez a cambio de una cesión de Samper (al Sevilla, cuyo estilo de juego iría tan bien a un chaval que está llamado a ser el organizador del futuro) o declaraciones institucionales que siguen insistiendo en que no se ha cometido nada malo cuando el club tiene más vías abiertas que el Titanic, el futuro se ve un poco más negro.

Lo único que espero es que el año y medio hasta las elecciones pase pronto y no nos hagamos mucho daño con el fuego amigo.

Liga: Real Madrid. Copa: Atlético de Madrid. Champions: Chelsea.

Alfons Vinent

Pues yo seré el que aporte un poco de optimismo a este Barca, un equipo aún en construcción y que después de hacer una mediocre, especialmente en cuanto a juego, primera vuelta, esta a tan solo un punto del fantástico Real Madrid de los records, este Madrid que quiere hacer de Ancelotti su Ferguson de por vida, cuando después de las tres primeras jornadas de liga, todo el universo blanco cuestionaba a su entrenador.

Soy optimista porque sinceramente creo que este Barca puede dar más. Y también creo que este Luis Enrique puede y debe acelerar su aprendizaje como entrenador y dar, de una vez por todas, con una fórmula, un estilo de juego, una alineación tipo que permita consolidar un sistema con el que el equipo y la afición se sientan identificados. Aún esta todo por jugar, todo por ganar y yo no me apuntaré al carro de los pesimistas sino que mantendré la esperanza y la ilusión que algunos partidos, muy pocos eso si, me ha provocado.

Luis Suárez cada vez más en forma, un Neymar consolidado, un Messi como el de antes, un Xavi rejuvenecido, un Iniesta inteligente y un Piqué líder en defensa, deberían ser suficientes para competir de tú a tú con los grandes equipos de Europa, que como hemos visto por ejemplo con el Chelsea en sus dos últimos partidos, no son ni perfectos ni imbatibles.

En el aspecto institucional, el palo de la FIFA y del TAS es algo difícil de digerir y que lo contemplo con impotencia y sobre todo mucha rabia. Para mí una decisión injusta, pero por la cual la directiva debería asumir responsabilidades. En mi opinión, unas elecciones anticipadas a mitad de temporada o una dimisión del presidente no arreglaría nada, pero al final de la campaña, las responsabilidades se han de asumir y la directiva ha de reaccionar consecuentemente.

 Liga: Barcelona. Copa: Atlético de Madrid. Champions: Chelsea.

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