CAZAMARIPOSAS. No cesa de «atrapar» balones en su red.
OBCECADO con los centros aéreos para nadie, dos de sus pases fueron rematados a gol por los defensas del Villarreal.
SEGADOR. Muchas entradas a ras de césped, jugándose el bigote y la tarjeta.
INSUFICIENTE. Salvó una bajo palos con 0-0, pero pese a su buen partido luego llegaron dos tantos locales.
INVISIBLE. Desaparecido durante la noche del domingo jugador de fútbol brasileño en la localidad de Villarreal. Viste de azulgrana y responde al nombre de Adriano. Si alguien puede dar información, llame a las oficinas de Arístides Maillol…
PERMEABLE. No supo contener las fugas como nos tiene acostumbrados. Se entretuvo en taconcitos, a veces excesivos.
INSUSTANCIAL. Cada vez queda más claro que para el de Terrassa cualquier tiempo pasado fue mejor. Su aportación al juego es, cuando menos, escasa.
EMBROLLADO. Cayó en la maraña amarilla y le costó horrores encontrar los huecos para sus compañeros.
RAMPLÓN. Nombre una manera de perder el balón: el canario la llevó a cabo en Villarreal. Aunque mejoró algo en la derecha, la hora larga que pasó en la izquierda fue para olvidar.
PENDENCIERO. Comenzó el encuentro con su habitual porfía para acabar diluyéndose en discusiones y encontronazos con los rivales. A punto de llevarse una roja por no controlar los nervios.
VOLUNTARIOSO. Aunque está muy lejos de su versión divina, la terrenal se echó el peso atacante del equipo a los hombros para poder dedicarle la victoria a Tito. Marcó el gol de la victoria.
TAMBIÉN JUGARON:
REVULSIVO. Al igual que frente al Athletic, salió al campo perdiendo y se fue ganando. Le puso a Messi en bandeja el 2-3 definitivo.
TRABAJADOR. Refrescó una banda izquierda atascada y terminó arrimando el hombro para contener las últimas acometidas locales.
S.C. Entró para perder tiempo. La noticia es que hacía mucho que Martino no hacía un tercer cambio.